Cuidado con la democratización del audiovisual

Democratización tecnológica - audiovisual - Taller Agencia

La democratización del audiovisual

¿A qué nos referimos cuando hablamos de la democratización del audiovisual? Más bien deberíamos primero hablar de la democratización tecnológica. Los avances experimentados en los últimos años han acercado la tecnología de una forma exponencial a toda la población mundial. Y sí, me refiero a toda la población mundial, incluso en los países que consideramos menos desarrollados. Así, mi amigo Daniel Zaragoza, un viajero incansable, comenta en su último libro «Escribiendo en Mundo», como en la zona pobre de Nairobi, abundan las tiendas de tecnología y telefonía móvil.

La disminución del precio de la tecnología respecto a hace unos años  ha provocado que sea fácil tener un ordenador o varios en casa, tablets, teléfonos móviles, y cómo no, equipos audiovisuales de gran calidad. Sin ir más lejos, los propios móviles ya nos permiten «rodar» con facilidad y poder transmitir esa información de vídeo o fotografía con gran calidad en unos minutos.

Esta democratización del audiovisual permite que nos podamos adentrar en el mundo de la producción de una forma sencilla: grabar, montar, difundir, etc… y esto abre el abanico de «posibles» profesionales del sector, dispuestos a dar servicio a cualquier empresa, realizar sesiones fotográficas, vídeos, retrasmisiones, etc.

¿ES PROFESIONAL?

Pero cuidado, esta democratización tecnológica puede derivar en que personas no profesionales se dediquen a ofrecer sus servicios tan solo por disponer del material técnico necesario. Hoy en día todos podemos ser productores audiovisuales pero… ¿mi producto tiene la calidad necesaria? Porque la calidad no se limita al equipo que utilizas. Son muchos los factores que hacen que una producción audiovisual o reportaje fotográfico cumplan con el objetivo que se pretende: público al que va dirigido, lenguaje visual utilizado, guión, locución, música, montaje, etalonaje…

Por ello es preciso, si se desea obtener un producto de calidad, contactar con profesionales a fin de que la inversión sea realmente productiva. La ilusión de quien se compra su primera cámara de gran calidad es importante, pero solo con el conocimiento y la experiencia se asegura un trabajo 100% profesional. Cómo suelo decir, «nunca sabes quien va a hacer la mejor fotografía de una boda… quizás alguien con su móvil dispare en el momento más emotivo aún sin quererlo y esa sea la fotografía que más trasmita. Pero un profesional te asegura un trabajo en el que no solo habrá una gran foto, sino todo un reportaje completo«.

Ahí está la lucha que el profesional debe llevar a cabo. Demostrar una y otra vez que el producto que realiza es fruto de su conocimiento, su trabajo y de su consciencia, no solo de un momento casual en el que pulsa el botón.  Y eso es también lo que los clientes deben conocer, como conseguir el mejor producto para ellos.

Para concluir os dejamos algunos ejemplos de nuestros últimos proyectos audiovisuales.